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La solterona

Argumento

Delia Ralston y Chatty Lovell protagonizan esta elegante crítica social ambientada en la segunda mitad del s. XIX. Una confidencia entre ambas se convierte en el centro de la acción que muestra la disparidad de sus caracteres. 

Chatty, la querida prima de Delia, esconde un secreto que desajustará el mundo de ambas mujeres y será el punto de partida de la segunda parte. Delia, como digna mujer de la clase alta, encuentra la solución más adecuada al problema. 

Sin embargo, Chatty es más sensible y mantener oculto el secreto le produce un sufrimiento que solo irá en aumento. El hecho de callar esta verdad enmudece a Chatty y la relega a un segundo plano dentro de la sociedad, ya que supone un impedimento para que contraiga matrimonio, siendo la eterna solterona. 

El malestar de Chatty es un diálogo interno que se topa con la resistencia de la tradición y las costumbres de Delia. Al final, el secreto debe salir a la luz. 

 

Abstracción

Nueva York, 1850. Los ricos herederos de Europa se establecen en la ciudad para consolidar su liderazgo social. Entre las familias más moderadas y respetadas se encuentra los Ralston, en concreto, Jim Ralston, un codiciado e imponente hombre de negocios.

Sucesor del clan Ralston, está unido en matrimonio con la joven Delia Lovell, ahora Delia Ralston, con quien comparte tres hijos. Delia pronto se acostumbra a su nuevo papel de madre y ama de casa, así como protectora de los ideales Ralston. A punto de unirse a la familia Ralston se halla Chatty Lovell, prima de Delia, quien está a escasos días de abandonar su soltería para contraer matrimonio con Joe Ralston, primo de Jim Ralston.

Pero Chatty Lovell es una mujer trabajadora que protege un secreto, razón por la que tuvo que ausentarse de la ciudad. Dedicada al cuidado de los niños huérfanos de la ciudad y ante la inminente unión con Jim, por quien debería abandonar el empleo, decide confesarse a Delia. 

En la más absoluta discreción, Chatty le confiesa que una de las niñas a las que mantiene es en realidad su hija biológica, y Delia no tarda en resolver el misterio. Chatty huyó de la ciudad al quedarse embaraza de Clem Spencer, antiguo amor de juventud de Delia y pasión fugaz de Chatty.

Entonces, Delia, una dama rígida y amoldada a las normas no solo de la alta sociedad, sino del clan Ralston, decide hacerse cargo de la criatura en la más absoluta discreción; pero a cambio rompe el compromiso de su prima con Joe, condenando a Chatty a una vida de solterona. 

La inesperada muerte de Jim deja a Delia al cargo de la casa y los niños, por lo que Chatty se ofrece a vivir con ella y ayudar; excusa que le permite estar cerca de su hija. 

Chatty Lovell se convierte entonces en la solterona de la familia Ralston, ya que la pequeña Tina crece considerando a Delia su principal figura materna. Las tensiones entre ambas mujeres son evidentes y llegan a discutir en diversas ocasiones acerca del sentimiento de madre que ambas guardan en su interior. Delia ejerce un papel dominante, aunque a menudo es invadida por el sentimiento de impotencia de Chatty, y entonces toda disputa queda olvidada.

Pero llega la edad casamentera de Tina, un verdadero problema debido a que los hombres no quieren comprometerse por no poseer un apellido respetable. Tina está enamorada y ante el miedo de ser una solterona como su tía, Delia decide adoptarla legalmente, con el consentimiento en vida de su difunto marido Jim.

En los momentos finales de la novela, la tensión entre ambas mujeres por finalmente desvelar o no la verdad que durante tanto tiempo han mantenido oculta se resuelve con una empatía mutua.

Desnudando el libro

El tema principal de esta novela es el conjunto de convenciones sociales que dominan a las protagonistas de la obra. Delia acepta y perpetua las estrictas normas de la clase alta debido a su unión con Jim Ralston.

Este sentimiento de pertenencia e influencia es superior a la propia familia, por lo que cuando Chatty le confiesa que tiene una hija junto a Clem Spencer, la reacción de Delia se centra en proteger su estatus y encajar la noticia dentro de sus posibilidades. Un momento clave para determinar que Delia actúa por impulsos egoístas es cancelar la inminente boda comunicándoselo a Joe como si fuera encargo de la propia Chatty.

Sin embargo, Delia piensa también con el corazón, y aunque en ocasiones pueda la clase, lo cierto es que en cada pequeña discrepancia que mantiene con Chatty consigue ponerse en la piel de esa mujer que es madre y no puede expresarlo.

Otro momento donde se aprecia la disyuntiva que caracteriza a Delia se produce cuando Tina regresa del baile junto a un joven que, si bien está enamorado de la muchacha, no dará el paso de querer unirse en matrimonio por la extraña situación de desamparo. Aunque Delia elige adoptarla legalmente para que Tina pueda prosperar y tener un futuro en la ciudad, el verdadero deseo de Chatty es confesarse a Tina y poder trasladarse a un entorno más discreto y vivir en paz.

Al final Delia actúa por cuenta propia, pensando que lo mejor que podría pasarle a Tina es acabar con una situación parecida a la suya. Aquí se encuentra la polaridad que domina durante toda la lectura. Chatty posee un pensamiento más humilde y le basta con poco para ser feliz, en cambio Delia ha prosperado y se ha amoldado a la perfección a las exigencias de la situación.

Esta oposición de opiniones se narra con el narrador omnisciente que en la primera página sumerge al lector en el viejo Nueva York de 1850 para conocer a la sociedad burguesa neoyorkina, aportando siempre ambas perspectivas que ofrecen la visión completa.

La confidencia que se narra al inicio y desencadena este sutil y elegante análisis crítico - social se mantiene hasta el desenlace sin ser revelado, por lo que la tensión es un elemento muy trabajado. El juego tensional aumenta y disminuye en función de cómo se aborda el tema de la identidad real de la madre de Tina, explotando en conversaciones íntimas mantenidas entre las mujeres.

El tiempo que finalmente se trata en la novela es un período de aproximadamente diez años donde se vive una progresión lenta de los caracteres de las dos mujeres. Si bien es cierto que se tratan temas sociales referentes a la mujer como la importancia del matrimonio, y sobre todo el hecho de ser madre, los personajes se transforman cuidadosamente, adaptándose a las nuevas circunstancias y movidas siempre por el afecto.

Evidentemente el tema es tratado desde una perspectiva histórica, pero con un lenguaje profundamente sensible, refinado, delicado y caracterizando por las constantes metáforas y apelaciones a elementos de la naturaleza.

Ambientación

Edith Wharton, 1862 – 1937, se crio y creció en el ambiente de la alta burguesía, incluyendo una educación privada.

Durante su infancia realizó distintas visitas a Europa, especialmente a Francia, en la que fija su residencia en 1907 y donde se refugia cuando rompe su matrimonio de casi veinte años.

La vivacidad y desencaje que sufría en los círculos sociales fijó su cosmogonía, reflejándose en la obra de 1921 La Solterona, por la que recibió el Premio Pulitzer de ficción.

Wharton vivió diversos episodios amorosos tanto con mujeres como con hombres después de su matrimonio fallido. Mantuvo una correspondencia con Henry James hasta su muerte en 1937.

Frase reveladora

Del mismo modo enigmático en que se transforma una flor cuando los cerrados pétalos pugnan por abrirse desde el interior.

Reflexión

La solterona ha resultado ser una de esas obras imprescindibles en las listas de lectura. Adecuada y recomendada para todo tipo de público que busque una literatura audaz, sutil y bella.

Wharton trabaja la tensión con gran maestría a través de los personajes principales y consigue provocar en el lector una empatía constante.

La solterona

Autor

Edith Wharton

Edición

Impedimenta

Páginas

144

ISBN

9788415578734

Valoración

La solterona