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Los restos del día

Argumento

Mister Stevens es el protagonista de este viaje en doble dirección. Por un lado, la novela presenta esta ruta que Stevens inicia en busca de la señorita Kenton y su posibilidad de regreso; y por otra, Ishiguro ofrece un recorrido por la vida del protagonista y su sentido.

Las seis jornadas que estructuran la historia resultan la transición perfecta para poder acompañar a Stevens en esta búsqueda doble.

Abstracción

Mister Stevens es un mayordomo, por herencia, de la clase alta. Hijo de uno de los mayordomos con mejor consideración social, Stevens ha nacido para dedicarse a este oficio.

Pero esa estabilidad y ese control que hacen de Stevens un mayordomo atento e intachable es interrumpida cuando Darlington Hall pasa a manos de mister Farraday, un estadounidense con una importante y destacada posición social.

Es precisamente la ausencia de mister Farraday, junto a la idea de Stevens de necesitar a mistress Kenton para agilizar el servicio, y su propuesta de dejarle el coche y unos días libres lo que proporciona al mayordomo la excusa perfecta para emprender un viaje hacia Weymouth.

El lector adquiere entonces un papel de confidente con quien Stevens decide sincerarse mediante la transición del paisaje inglés hacia una naturaleza interior. Ese doble juego es motivado por la tranquilidad del desconocido horizonte, y los recuerdos que surgen en el subconsciente a raíz de su exposición.

Así, las seis jornadas de viaje hacia Weymouth, donde se va a reunir con la señorita Kenton con el objetivo de que se reincorpore al servicio de la casa, son en realidad una introspección de Stevens respecto de su papel de mayordomo y cómo este título ha marcado su vida.

Los personajes secundarios que aparecen ratifican esa misión vital de Stevens y contribuyen al sentido de la búsqueda. Un episodio destacado es cuando se presenta como si él fuera el propietario de Darlington Hall y no un simple trabajador, hecho que pone bajo sospecha su felicidad y, en última instancia, la imagen que tiene de sí mismo.

Desnudando el libro

El tema principal de esta obra se puede definir como el viaje interior del protagonista y la reflexión que eso comporta. Mister Stevens parte de un presente que se emborrona a medida que transcurren los días con recuerdos destacados de su vida y trabajo.

Ese movimiento que está implícito en el viaje es lo que empuja de algún modo a Stevens a repensar su papel como mayordomo y analizar aspectos relevantes de su vida, como la pérdida del padre. La excusa del viaje acaba por ser eso, un punto de partida a través del cual se ofrece ese espacio privado que induce a la reflexión.

El trayecto hacia Weymouth se convierte en el auténtico viaje de la historia, así como esa invitación hacia el lector para repensar su propia existencia y sus características.

Otro subtema que florece en Darlington Hall, y que aparece como contrapunto entre mayordomo – propietario, es precisamente la diferencia social como contraste y distancia insalvable entre personajes y pertenencia. Stevens rememora unos episodios en concreto muy duros donde su vida personal queda a merced del servicio impecable que debe ofrecer durante las cenas.

Lejos de agotarse, esa representación limitada de la realidad es un espejo a la vez que una crítica hacia los roles sociales que acaban por dominarnos. Stevens de algún modo se justifica con el exigente y devastador comportamiento del padre, también mayordomo, por lo que relativiza su papel como un deber que trasciende su consideración.

Es muy interesante el juego constante entre estas dos instancias y cómo establecen un diálogo a medida que transcurren las jornadas hasta formar una imagen casi completa del protagonista y de ese viaje interior.

Ambientación

Kazuo Ishiguro, 1954, nació en el seno de una familia acomodada en Japón. A los cinco años, la familia se trasladó a Inglaterra debido al trabajo del padre.

Manifestó gran interés por la música en la escuela, y cuando terminó los estudios obligatorios viajó durante un año por los Estados Unidos y Canadá. A su regreso empezó los estudios universitarios de literatura inglesa y filosofía, de los que se graduó en 1980, después de haber cambiado de universidad y haber estudiado con Malcolm Bradbury y Angela Carter.

Su tesis doctoral consistió en su primera novela, que se publica en 1982, lo que marca el inicio de su carrera profesional. Su identidad cultural es una mezcla de los valores japoneses e ingleses, elementos que aparecen reflejados en su escritura.

Si bien tuvo éxito con sus primeras publicaciones y su carrera estaba consolidada, como el Booker prize que ganó en 1989 por Los restos del día; el reconocimiento literario llega en 2017 con el Nobel de Literatura.

Frase reveladora

La verdad siempre nos llega casualmente, a través de algún acontecimiento externo.

Reflexión

Los restos del día ha resultado ser una introspección en movimiento muy interesante. La profundidad de los temas que presenta y su apariencia de simpleza hacen de esta obra una unión de contrarios perfecta.

Los restos del día

Autor

Kazuo Ishiguro

Edición

Anagrama

Páginas

256

ISBN

9788433902382