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Uno, ninguno y cien mil

Argumento

Vintangelo Moscarda es el protagonista de un despertar de la conciencia en clave humorística que cuestiona progresivamente toda relación sólida conocida hasta entonces.

¿Quiénes somos cuando estamos solos? Es la gran pregunta que Pirandello realiza al lector en cada página de la obra. 

Abstracción

Vintangelo Moscarda es un hombre felizmente casado y con un empleo heredado que le proporciona cierto bienestar económico, aunque no lo soporta. Es gerente de un  banco que depende de su firma a cada pequeño paso, hecho que Moscarda parece no haber aceptado, y ante lo cual reacciona tediosamente. 

Con un interés baldío en dicha profesión y una relación monótona con su mujer, cierto día un ligero comentario de esta pone en entredicho tanto su pensamiento como todo aquello que suponía conocer hasta entonces.

Su mujer hace referencia a su nariz torcida como un dato conocido, o debiera conocerse, pero que Moscarda ignora. Entonces, se produce un desajuste en su interior acerca de lo que creía ser y lo que realmente conoce de sí mismo.

La introspección sobre su nariz desviada lo lleva a reflexionar sobre otros aspectos que los demás perciben sin su conocimiento. Es más, se plantea la idea de que existan más versiones de él mismo, por lo que la imagen que los otros perciben no es necesariamente la realidad que él vive.

A partir de ese hecho puntual, Moscarda se obsesiona con esta idea y dedica días a observarse delante de un espejo tratando de capturar al otro u otros que viven con él. Resulta un proceso lento que, paulatinamente, se va manifestando como brotes de locura.

Moscarda representa al hombre de la caverna que ha percibido el calor del sol y ha decidido salir a explorar. A lo largo de la obra sufre un proceso de concienciación de sí mismo y del individuo en sociedad que necesariamente pasa por una etapa de duelo. 

Observa como las relaciones sociales, incluida su relación amorosa, están mediatizadas por una imagen de sí mismo y, al mismo tiempo, de otro, un sujeto ajeno. Por ello, medita acerca del legado de su padre, de un vecino que no paga el alquiler de la propiedad, la pésima labor que desempeñan sus trabajadores, etc. El sistema que hasta ahora era reconocido como válido es puesto en entredicho; lo que le lleva retirar todo su capital del banco, negándose a seguir participando de un escenario que no reconoce. 

Paralelamente, su relación de pareja se rompe, porque le confiesa a su mujer que su Gengè, aquella imagen tierna e íntima que se ha formado de uno de los Moscarda que conviven en él, no es fiel a la realidad. En este avanzado punto de la novela, la locura que domina a Moscarda es evidente, incluso llega a atentar contra la vida de alguien. Todo se precipita rápidamente hacia el final, para concluir en una expulsión comunitaria del protagonista.  

Desnudando el libro

La temática que domina esta novela es, sin duda, la conciencia, la introspección. Pirandello utiliza el recurso de partir de un hecho cotidiano y específico para reflexionar sobre algo universal. Un trivial comentario se convierte en una disertación acerca de la autopercepción, de la diferencia existente entre aquellos que creemos que somos y la imagen que se percibe.

Pirandello recoge en Uno, ninguno, cien mil las ideas que plantea Freud, autor contemporáneo, en El malestar de la cultura. En este ensayo, Freud desarrolla la idea del sujeto cultural como individuo que necesariamente experimenta una sensación de enfermedad al no poder mantener un acuerdo entre todas las partes que lo conforman. Moscarda primero debe salir de la oscuridad, en la que vivía cómodamente, para enfrentarse a la conciencia del despertar con sus múltiples yo. La locura que absorbe a Moscarda es, según Freud, un estadio necesario que el sujeto debe superar para romper traumáticamente con los límites culturales establecidos. 

Pero no sería una obra de Pirandello si el tratamiento de estos temas no se produjera mediante la comedia, la locura y un espacio teatral que ofrece un tono necesario para no caer en el filosofismo. La reflexión de fondo se mantiene durante toda la novela, concluyendo en un final donde el protagonista es despojado de toda identidad y convertido en uno entre todos.

La brevedad de los capítulos, sub capítulos y los títulos de la novela la dotan de fluidez, lo que marca un ritmo de lectura rápido. Este equilibrio unido al lenguaje simple pero efectivo, y la mezcla de tonos, entre grave y sarcástico, ofrecen versatilidad y ligereza al relato.

Por si el lector no ha quedado atrapado con estos recursos, el autor lo incluye desde el inicio con el uso de la primera persona del plural del presente de indicativo en la mayoría de reflexiones que realiza tanto el narrador como el propio protagonista. Así, el receptor vive junto a Moscarda este proceso de declive delirante donde lo pierde todo.

El protagonista utiliza la conciencia de sí mismo para liberarse frente a los demás, cayendo progresivamente en el absurdo más innegable, hasta la nada. Pirandello ofrece al lector un ejercicio freudiano que debe ir explorando con la lectura para extraer sus propias conclusiones al final. 

Ambientación

Luigi Pirandello, 1867 – 1936, fue un escritor italiano, reconocido por su faceta de dramaturgo, en concreto en la escena de vanguardia.

Después del ciclo universitario por distintas instituciones, Pirandello ejerce de profesor de literatura italiana desde 1897, empleo que compagina con la escritura, donde vuelca sus experiencias.

En 1917 representa su primera obra teatral que marcará su línea dramática. El tratamiento del realismo, el existencialismo, el absurdo, la meta-dramaturgia recuerdan y serán inspiración para autores como Jarry o Artaud; y en 1922 abandona su faceta de profesor para dedicarse enteramente al teatro.

El gran reconocimiento por su trabajo como Seis personajes en busca de autor, obra clave en su recorrido para conocer su estilo, llegó en 1934 cuando se le otorgó el Premio Nobel de Literatura.

Frase reveladora

Porque la realidad de hoy está destinada a revelarse mañana ilusión.

Reflexión

Pirandello mantiene su esencia en esta breve novela de corte filosófico, pero sin olvidar la teatralidad. Resulta una conjunción de ambos elementos en perfecta armonía, para distraer al lector con eco más profundo y a la vez producir carcajadas con sus momentos de sketch teatral.

Personalmente, no es comparable con Seis personajes en busca de autor, pero es una buena recomendación para aquellos que deseen acercarse al autor italiano que cambió la escena dramática, sobre todo si son aficionados a Unamuno o Freud.

Uno, ninguno y cien mil

Autor

Luigi Pirandello

Edición

Acantilado, 2004

Páginas

224

ISBN

9788496136519

Valoración

Uno, ninguno y cien mil